
Te amo:
Apareciste en el momento justo y al ahora indicada, cuando más tambaleaba el piso. Llegaste para tomarme de la mano y sostenerme, ahí estabas tú, radiante como el sol, bella como una flor… Tu ternura hizo que mis lágrimas cesaran, tu sonrisa logro cambiar mis penas por alegrías... Al mirarte sentía ese calor, esa energía que se plasmaba con firmeza en las paredes del corazón.
Tus palabras que al oído me decían, es tiempo, tiempo de volver a empezar… ¿Cómo agradecerte? No sé… Solo se me ocurre decirte hoy ¡cuánto te amo! Lograste que vuelva a creer en mi capacidad de amar. Mi corazón al igual que una flor, floreció en primavera. Hoy me doy cuenta de cuanto amor tengo aún para dar.
Siento cuando en un susurro en voz tierna me dices cuanto me amas, cuanto me quieres… Haciendo que mi corazón se quiera salir de mi cuerpo. Tú eres mi todo, eres mis ganas de vivir.
Hoy quiero decirte que no té extraño, por que estás en mi siempre. Estás en el aire, en el sol, en las estrellas… y en lo más profundo de mi corazón.

Hoy quiero gritar a los cuatro vientos cuanto te quiero. ¡Cuánto te amo!
Si lo sabe Dios, que lo sepa el mundo.
No pierdas fe, la esperanza de ver un nuevo amanecer. Cree en ti.
No pierdas fe, la esperanza de ver un nuevo amanecer. Cree en ti.
De que sirve ser lindo por fuera si se lleva lo peor por dentro…
(Bardales, R.)
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